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javier heraud en paris, 1962

El manifiesto de la ternura

Nuevo libro sobre Javier Heraud

Se ha recordado más de medio siglo del sacrificio de Javier Heraud Pérez,  joven poeta que entregó su sangre en las aguas de un río en la selva del Perú, asesinado a mansalva por una turba exasperada por el odio y la incomprensión. 

Luis Pineda

Publicado: 2014-04-21

Leer a Javier es como tomar un camino nuevo. A cada paso nos lleva a entender mejor lo que quiso decirnos con su poesía y su propia vida. Como vadear un río, o seguir su cauce, o mejor, navegar sobre sus aguas, o quizá, como los trazos imaginarios de dedos silenciosos sobre el mapa de su breve recorrido (verso de Luis Hernández y cómplice de una revista que no vio la luz: “Ágape”), así hemos leído el libro de su hermana menor, Cecilia: “Entre los ríos” (*).  

También con reverencia, y algo de temor. Reverencia, pues Heraud fue, y es, el poeta joven que creció muy rápidamente para la poesía peruana, dejando una estela increíble de buenos poemas, ciertamente en búsqueda de nuevos caminos, pero con una voz definida. Temor, pues iba a asistir a la revelación de detalles de su vida que pocos conocen mejor que Cecilia. Quien mejor que alguien querido, cercano durante los años de su vida, que lo conoció en la intimidad, que soportó sus bromas y sintió su corazón latir herido ante la noticia cruel de su muerte, de la cual se cumplen hoy 51 años que su sangre se esparció generosa por amor a su patria y a su pueblo.

Puede seguir en discusión las razones por las cuales el joven Heraud emprendió ese camino de lucha que lo llevo al sacrificio, inclusive si acaso este sacrificio fue innecesario, pero lo que aparece evidente es que Javier sabía a dónde iba, inclusive estaba convencido que no regresaría a su casita blanca, al seno de su familia, a punto que terminó por regalar sus libros a un amigo, y escribió en La Habana la carta de despedida a su madre, tal vez el ser que más quería, y que anticipaba en su sufrimiento por su desaparición.

También queda en claro, es que Javier jamás renunció a la poesía, y aludo a los poemas que escribió en plena marcha, como “Rodrigo Machado”, aun cuando esta no fue hecha con la calidad de la que publicó, o aquella que a su muerte se dio a conocer como “Estación reunida”, ganadora de los juegos florales de San Marcos en 1963.

El libro de Cecilia es, en este sentido, esclarecedor y contundente, pese a la subjetividad propia del afecto a su hermano, es objetivo en detalles e información documentada, inclusive acompaña con poemas inéditos, fotografías familiares que se publican por vez primera. La “flaca” como la llamaba su juguetón hermano, no escatima esfuerzos por decir su verdad, que no es la verdad a secas, sino una que hace justicia a la vida y al destino que Javier escogió, aun en contra de sus enormes posibilidades de haber llegado a ser el cineasta que quiso ser, y crecer aun mas como el gran poeta que ya era, portaestandarte de una nueva generación, de una poética peruana que dio sus frutos, pero donde la enorme ausencia sigue siendo la del propio Javier.

La vida y obra de Javier Heraud es presentada aquí como un manifiesto, es decir, un alegato, un reclamo, una demanda, una exigencia por justicia, lamentablemente insatisfecha hasta el momento, inclusive en el Museo de Arte de San Marcos –al margen de las circunstancias en las que se produjo- se tomo la decisión de retirar de la exposición permanente una pintura dedicada a su memoria, en la propia universidad del cual fue alumno (de Derecho) y frecuentó en sus círculos poéticos, particularmente a Cesar Calvo, montando en más de una vez ese destartalado auto bautizado "Platero" bajo el grito de "Abrid paso a la poesía". O en una galería miraflorina, distrito del cual fue vecino, se criticó y presionó para retirar otra obra bajo el argumento que Javier fue “un terrorista”.

Esa es la injusticia que se comete todavía en estos tiempos contra Heraud, y vale este esfuerzo de tener en nuestras manos este manifiesto, hecho de verdad, pero sobre todo portador de una inmenso cariño, que expresa mejor que muchos ensayos y criticas escritas sobre Javier, el cómo fue en realidad el poeta, esa extraña mezcla de grito y ternura.

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(*) Cecilia Heraud Pérez. “Entre los ríos. Javier Heraud (1942-1963)”. Lima, Fondo Editorial de la Pontifica Universidad Católica del Perú. 2013. [una primera versión preliminar fue publicada por Mosca Azul y Francisco Campodónico con el título “Vida y muerte de Javier Heraud” en 1989]


Escrito por

eleperu2

Observador de la realidad monda y lironda


Publicado en

Guerrero de la Palabra

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